El valor de la oración (20 junio 2020)
Publicado por Comunidad Israelita A.R. en Sábado, 20 de junio de 2020
Dentro del Culto Congregacional, el cual es un Homenaje al Santo de Israel, se debe incluir la oración, que son palabras de agradecimiento (Sal. 42: 8) o súplica que son dirigidas al Santo de Israel, sea mental o verbalmente (Sal. 86: 1 – 7; Sal. 142: 1 – 2).
La oración es de gran valor, porque representa la comunicación que tiene el hombre con su Creador y esta súplica debe salir del corazón y de la mente con sinceridad y verdad (Sal. 17: 1), con sabiduría e inteligencia, no son sólo palabras que se repiten (rezos), son el diálogo sincero con nuestro Dios (Pr. 15: 29; 1ª Cor. 14: 15 – 16).
La oración se realiza de una forma especial, para dirigirse al Santo de Israel: incluimos una introducción pronunciando los nombres de los padres de la fe (1ª Cr. 29: 18), un cuerpo o contenido que son los agradecimientos y peticiones (1ª Rey. 18: 36), finalizando la oración en el Nombre del Señor Jesús, porque su Nombre es sobre todo nombre (Jn. 14: 13; Fil. 2: 9 – 11).
Las Sagradas Escrituras nos enseñan y nos ilustran el ejemplo de varones que cumplían con la oración, la cual realizaban de rodillas dentro del Santuario o en su hogar (Dn. 6: 10), inclinados hasta el polvo de la tierra (Esd. 9: 5), con reconocimiento que todos somos polvo y esperando que Adonai responda por su Verdad y su Justicia (Sal. 95: 6 – 7; Ef. 3: 14)
El apóstol Pablo nos exhorta que la oración es muy importante, por eso debe realizarse sin cesar, en todo tiempo; el Salmista nos menciona que tarde, mañana y a medio día se debe elevar la oración por todas las cosas concedidas por Adonai a nuestra vida. Sal. 55: 15 – 17; 1ª Tes. 5: 17 - 18.
Dentro del tiempo del culto racional, para iniciar los trabajos del día solemne (Lc. 18: 1), debemos elevar una oración particular para hallar santificación, como el profeta Isaías lo mencionó (Is. 6: 5 – 7) y apercibirnos al Sonido del Shofar y a la lectura de la Ley, preparando nuestro espíritu para oír la Enseñanza y para finalizar el Servicio (Hch. 3: 1; Ro. 12: 12).
Hay oraciones especiales que se deben incluir en los Servicios al Eterno (Sal. 141: 1 - 2), las cuales sean para salud, protección, falta de sabiduría (Stg. 5: 13 – 15), disciplina y orden en los Atrios, por los alimentos y aún por nuestros enemigos (Mt. 5: 43 – 45), siguiendo la enseñanza del Señor Jesús, oraciones personales o congregacionales, que sean como un perfume agradable al Santo de Israel (1ª Tim. 2: 1 – 4).
El momento de la oración es de gran importancia y seriedad, ya que, si no atendemos a las actividades del Culto Racional ( Is. 1: 15), exhorta el proverbista, que la oración es abominable y no sería aceptada por Dios (Pr. 15: 8, Pr. 28: 9)
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