Participación Infantil y Juvenil
2 Timoteo 3:15.



Lectura introductiva

1ª JUAN 2: 7 - 17

Nosotros reconocemos que los tiempos establecidos por Adonai son Sagrados (Sal. 118: 24), provechosos en Palabra y en enseñanza (Dt. 31: 11 – 13); y los que integramos la Iglesia del Mesías debemos aprovechar al máximo (1ª Tim. 4: 12 – 13), para aprender y alcanzar la Excelencia. Es una Regla Divina que la Enseñanza sea impartida de padres a hijos (Dt. 4: 5 – 9), de una generación a otra (Sal. 78: 1 – 8), toda la descendencia de los hijos de Dios debe participar de la Doctrina del Santo de Israel y se tiene la tarea de transmitirla (Is. 59: 21) tal cual es: ázima y perfecta. Los padres y abuelos tienen el deber de enseñar a los hijos y a su descendencia el Verdadero camino (Pr. 22: 6), por eso desde pequeños (1ª Sam. 1: 24), los hijos deben ser instruidos en la Enseñanza del Dios de Israel y del Mesías (1ª Sam. 2: 11), deben asistir al Lugar de oración para aprender su deber en la vida. Los hijos deben recibir la Doctrina Verdadera de acuerdo con su edad, los primeros rudimentos de la fe, la leche espiritual, el conocimiento básico de la Biblia, el origen del pueblo al cual pertenecen, que su crecimiento sea en edad (Pr. 19: 20) y en sabiduría y conocimiento espiritual (Lc. 1: 80), que su espíritu se vaya fortaleciendo (Lc. 2: 52). Los pequeños deben manifestar poco a poco el conocimiento recibido (Mt. 19: 14), no olvidarse de lo que aprenden y cuando llegue el momento de la adolescencia (Lc. 2: 40, 46 – 49) participar del ceremonial y compromisos de ser considerados como Hijo o Hija del Mandamiento (Bar-Bat Mitzva). (1ª Cor. 13: 11.)

Nuestros hijos cuando llegan a la adolescencia deben mostrar aún más el conocimiento adquirido (Lam. 3: 27), que se manifieste la responsabilidad espiritual que tienen delante de Adonai de los ejércitos y de la Congregación, que sean ejemplo a los demás en obediencia y cumplimiento de las Leyes Divinas (1ª Tim. 4: 12)., ya que esta etapa es muy importante en los hombres. Niños y Jóvenes deben forjar un carácter espiritual (Sal. 24: 5 – 6), que con obediencia, disciplina, respeto y humildad se sujeten a los padres y al Ministerio de la Comunidad 1ª Ped. 5: 5., para que sean una generación que busque en espíritu y en verdad al Santo de Israel (Sal. 71: 17 – 18), y no una juventud contumaz y rebelde. Es necesario que los niños y jóvenes busquen a su Creador, sabiendo que los días son malos y que habrá un juicio para todo aquel que no obedece (Ecc. 11: 9 – 10); hijos oigan y sigan el consejo del Predicador. (Ecc. 12: 1)

Responde las preguntas

Contesta las preguntas en la seccion de comentarios. Puedes ayudarte con las citas que tiene cada pregunta.

1.- Si falta la enseñanza a los hijos, ¿Cómo serán sus generaciones? Pr. 30: 11 - 14.
2.- ¿Qué ejemplo dejó el Señor Jesús en su juventud? Lc. 2: 46 – 49; Lc. 4: 16.